LLegada al reino...

Luego de cruzar por el portal, Adziel y su acompañante llegaron a las afueras del reino de Kounan. Solo les quedaba caminar un largo trayecto por el bosque para llegar al bosque Silverpine. Tardaron aproximadamente un hora, pero al fin lograron llegar al lugar.

Adziel estaba agotada de tanto caminar. Hubiera sido más facil y rápido para ella si iba por aire, pero no era conveniete. Sabía que no debía ser descubierta cuando estaba en Kounan...

Dieron con el hermoso lago de Sairou. En tanto la joven lo vio, sus ojos se le iluminaron de la alegria que tenía de saber que estaba en su hogar.

Era de noche pero ese lugar no le asustaba. Lo conocía tanto como la palma de su mano y estar alli la tranquilizaba.

Volteó para ver al joven demonio que la acompañaba y sonrió - Gracias por acompañarme hasta aquí. Lamento haberle causado tantos problemas. - Hizo una reverencia a modo de disculpa.

Sonríe al oír el agradecimiento y notar la reverencia, haciendo el también una del mismo tipo. -No se preocupe, ha sido un placer acompañarle, es usted una grata compañía- Dicho esto se retira la venda de los ojos, mostrando que son de un hermoso color azul claro, casi celestes. -Debo admitir que es un lugar mucho mas agradable a la vista que Kounan...

Sin decir nada por un momento le mira, apreciando su rostro mientras le pregunta con calma -Le molestaría que la acompañe un rato más? Me gusta recorrer los distintos reinos... para aprender un poco, siempre me considere una persona curiosa, señorita.

Sonriendo un poco, se le queda viendo con curiosidad, preguntando si aceptara o no la propuesta, el desea que así sea, pero quizás la joven prefiere irse volando rápidamente, en vez de estar con un demonio en ese reino.

Sonrió ante las palabras del joven demonio. A pesar de que poco lo conocía le había parecido agradable además de que la había ayudado a salir de Kounan sana y salva. No le molestaba su presencia y se sentía un poco más cómoda ahora que estaba en su reino.

- Realmente no me molesta y puedes quedarte si quieres. Después de todo me gustaría agradecerte por tu ayuda. Si hay algo que pueda hacer solo dilo. -
Sonrió con amabilidad mientras liberaba su esencia y sus alas. Estaba agotada no solo por el largo viaje sino también por gastar sus energías para ocultar su verdadera forma y ahora que el joven ya sabía lo que en verdad era podía relajarse.

- Es lindo viajar y conocer lugares distintos. Creo que fue mi curiosidad y mi distraída forma de ser la que me llevo a Kounan. Y de verdad lamento mi comportamiento y todo lo demás. - Estaba muy apenada por todo lo que había ocurrido, pero estaba muy asustada en ese lugar desconocido y con esas criaturas que eran totalmente nuevas para ella.

Se sentó debajo de un árbol que estaba cerca de la orilla del lago. Miraba con una sonrisa el reflejo de la luna y las estrellas en las bellas y cristalinas aguas. Era de noche, pero la luz de la luna iluminaba todo el lugar...

Por un momento pensó en tener su violín para tocar y relajarse después de ese arduo día aunque tal vez no le hacía falta ya que ese lugar le daba la paz que tanto necesitaba.

Riku observa como Adziel despliega sus alas y libera su poder como arcángel, mientras que el hace todo lo contrario, es decir, ocultar sus poderes de demonio luciendo como un simple humano para la mayoría. -Así será mejor- Dice sonriendo tranquilamente mientras aprecia nuevamente al arcángel, apreciándola totalmente.

"umm... no es momento" Piensa esto mientras suspira, caminando hacia el árbol donde se encontraba la joven, sentandose a su lado. Dejando bastante espacio entre ambos, casi un metro de distancia, para asi no intimidarla. -Es por esto que me gusta recorrer, no se encuentran paisajes así en Kounan- Dice admirando como la luz de la luna se refleja en el lago, mientras sonríe un poco. -No hay porque disculparse, no fue molestia alguna... yo ya había terminado mis asuntos allí y hace tiempo que quiero volver a Sairou, para ver si cambio un poco.

Recuerda un poco la ultima vez que visito Sairou, y decide sacarse una pequeña duda, de la que estaba casi seguro -Perdone la indiscreción pero... ¿No es usted la reina de este lugar? y de ser así... ¿que hacia sin escolta alguna tan lejos de su reino?

Vio como el joven tomaba forma humana y se sentaba cerca de ella. En momentos como ese quizá era la mejor solución para evitar posibles problemas.

- Realmente no conozco Kounan y solo tuve la oportunidad de estar en ese lugar donde nos encontramos, pero quizá deba haber algún lugar maravilloso para los ojos de quien los ve. - Sonrió. – y permítame decirle que es un placer tenerlo de vuelta aquí. - Seguía observando al joven con una sonrisa amable y cálida mientras pronunciaba aquellas palabras.

Ahora que el joven demonio no tenía la venda que cubría sus ojos era seguro que la reconocería. Adziel le dirigió una sonrisa cuando el joven preguntó por su identidad. - Así es, soy Adziel. La reina de Sairou. Es un placer conocerlo joven... - Se había dado cuenta que nunca habían tenido la oportunidad de presentarse aunque se sentía un poco insegura y dudaba pensando en si era lo correcto lo que había hecho ya que con la guerra próxima todos comenzarían a desconfiar del prójimo. Suspiró y volvió su mirada al lago. - Los miembros de la orden han estado bastante ocupados después de la reunión que tuvimos los reyes. Y estaba con algunos guardias mientras caminaba por los bosques de Ciudad de Cristal, pero por alguna razón me separe de ellos y termine en Kounan. Sé que me pongo a mi misma en peligro y odio completamente esa parte de mí. No quiero hacerlo por el bien de todos, sé que debo estar bien y a salvo. Mi reino me preocupa mucho y claro está que eso incluye a todos los que allí viven. Son muy importantes para mí como si fueran parte de una gran familia. - Sonrió mientras pensaba en sus palabras, pero su voz era algo melancólica y mostraba la frustración que sentía por sus errores.

Realmente no se sentía psíquicamente bien por todo lo que había ocurrido. Muchas cosas pasaban por su mente: la desaparición de su hermana, la muerte de Fernando I y la horrible guerra que se avecinaba. No le gustaba nada todo lo que estaba pasando. Sentía mucha tristeza en su corazón, pero sabía que debía ser fuerte y no mirar atrás...

Escucha la historia de la reina con atención, sonriendo a momentos debido al poco cuidado que ha tenido la joven. -Veo que es usted bastante distraída, si me permite decírselo- Dice tranquilamente admirando el paisaje, para luego observar a la muchacha, preguntándose que debería hacer en ese momento, posiblemente Kai querría qué la matara, pero sin una orden directa no debería hacerlo, además el quizás se hubiese negado a hacerlo personalmente, no le agradaba la idea de matar a alguien que conocía, y que le agradaba.
-Yo me pregunto... -No dice nada y solo vuelve a sonreír -Nada, no importa, después de todo solo estamos aquí para admirar el paisaje- Comenta mientras siente un poco el viento en su cara

Miraba las hermosas estrellas y esa grande luna llena que iluminaba todo el escenario. Era una noche muy agradable en la que se podía sentir la suave brisa y el cantar de los grillos. Las criaturas nocturnas salían de su escondite y se hacían visibles. Se escuchaba a lo lejos el aullido de los lobos que parecían cantarle a tan magnífico espectáculo nocturno. Se sentía una paz que Adziel disfrutaba con mucho gusto. En su rostro se podía apreciar una sonrisa muy dulce mientras contemplaba todo aquello y sentía como su cabello y las plumas de sus alas se mecían con el viento.

Cuando oyó las primeras palabras del joven asistió levemente con su cabeza. Adziel era muy torpe y distraída, y eso se podía volver en su contra en eso tiempos de guerra...

No sabía nada de aquel joven que la acompañaba. Solo sabía que él la había ayudado y estaba muy agradecida por eso. No sabía si podía o no confiar plenamente en él y más ahora que sabía que era la reina de Sairou. - Si. Es cierto. - sonrió -¿Como podría tener el gusto de llamalo? - Preguntó amablemente ante su desconocimiento.

Sonríe viendo nuevamente la luna, recordando viejas épocas y como era su vida de demonio, antes de que se volviera mas tranquilo y calmado con los demás, recordando viejas historias que sucedieron ya hace mucho tiempo y que deseaba olvidar, aun así le causaba gracia recordar eso en aquellos momentos

Mientras siente aquellas esplendidas brisas en su rostro, y todos los ruidos de la naturaleza que le rodean escucha a la joven -Llámeme por mi nombre, soy Riku. ¿Esta bien si le llamo simplemente Adziel?- Dice sonriendo con tranquilidad, no sabia si su posición como segundo teniente de Kai había llegado a los oídos de la reina, pero mucho no le importaba, de ponerse ella en defensa, el simplemente abriría un nuevo portal para así escaparse y evitar una confrontación innecesaria.

Ambos miraban atentos el paisaje. Era tan bello que Adziel sentía la necesidad de plasmarlo, pero no tenía sus cosas con ella para poder hacerlo. Pensó en volver allí la noche siguiente a tocar su violín o pintar como siempre lo hacía en ese lugar.

Observaba el paisaje con una sonrisa. Había muchas criaturas a su alrededor: pequeños animales, ninfas y otras criaturas. Los seres mágicos no se hacían visibles, pero se podía sentir su presencia en el lugar. Todo hacía de ese bosque un lugar mágico...

- Es un placer, Riku. - Dijo con una sonrisa mientras volvía a dirigirle la mirada al joven. - Para mí sería agradable que me llamaras por mi nombre. Porque antes de ser la reina soy también una persona como todos. - Suspiró y luego continuó: - Todos los que están a mí alrededor me tratan como reina aunque les digo que no es necesario... Pero supongo que no pueden evitarlo. - Volvió a mirar el precioso lago y como sus aguas se movían suavemente al compás del viento. - ¿Cómo es Kounan? - Preguntó mientras lo miraba curiosa.

-Es evidente que todos la trataran como reina, después de todo la mayoría de las personas piensan que el puesto que uno ocupa en la sociedad, marca como se nos debe tratar, al igual que sucede con las razas. Todo es cuestión de no llevar demasiado el apunte a esas cosas, Adziel.- Pronuncia su nombre con total naturalidad, esperando que se sienta cómoda, ya que le empezó a agradar bastante

-Como es Kounan...- Dice repitiendo las palabras de la reina -En realidad es bastante hermoso, tiene un hermoso lago que cuando la luna se refleja en el parece casi mágico... también esta Shattrath, que son solo ruinas, pero es bastante interesante explorarlas... aunque bueno, yo ya las recorrí bastante...- Suspira un poco, pensando en su reino -Lo único malo es que en casi todos los lugares hay monstruos que quieren destruirte, como pudiste apreciar en el cementerio. Para de hablar por unos instantes para luego preguntar -¿Que hay de Sairou? ¿Que le agrada de su reino?

Escuchaba al joven con mucha atención mientras hablaba de Kounan. Parecía un lugar muy diferente al que ella había visto, pero sabía que ese era el hogar de muchos seres peligrosos. Le daba mucha curiosidad. Sentía ganas de visitar esos sitios aunque le atemorizaba la idea de encontrarse nuevamente con aquellas criaturas...

- Sairou es un lugar que irradia paz... Todos son muy amables y siempre se ven sonrisas en sus rostros. Hay lugares muy bonitos donde se puede pasar el rato. Me gusta estar aquí en el bosque. Es muy agradable y siempre encuentro un lugar donde relajarme, pero hay muchos lugares lindos... - Sonrió y volvió a mirar el lago. - Lo que me contaste de Kounan suena bonito. Y creo que tendré varias oportunidades para visitarlo por todo esto que está pasando en Xion, pero no iré sola otra vez e intentare no perderme. -

Escuchando con atención las palabras de la joven, le responde con calma -Aun cuando la idea es buena, no es recomendable que se dirija con mucha escolta, eso podría malinterpretarse y la orden de suzaku tendría que actuar... Bueno, no tengo porque ser yo quien le hable de política, Señorita Adziel. Después de todo usted debe saber bastante.

Sonríe un poco, jamás se imagino que tendría esa conversación con la reina Adziel, aun así esa situación le agradaba, siempre estaba en busca de algo nuevo. -Sin contar por supuest, que se necesita cierto sentido de la orientación, el cual no parece ser su fuerte.- suspira para luego terminar con una simple frase -Claro que es su decisión.

- Si en eso tienes razón, pero sería precisamente por cuestiones políticas los motivos de mi visita. - Suspiró recordando lo que le había hecho y dicho el día de la reunión. - Probablemente sean a pedido de Kai... -

Sonrió ante el comentario de Riku. - Sé que no tengo buen sentido de la orientación... generalmente viajo por aire y es más fácil para mi ubicarme así, pero por tierra es muy diferente. Aquí mismo es distinto también porque siempre vengo aquí... -

Dirigió nuevamente su vista al lago. Las bellas aguas cristalinas aun se movían suavemente gracias al viento. Era una noche muy agradable...

- Y ¿qué lugares has visitado? - le preguntó mientras lo miraba.

Escucha sus palabras sonriendo -¿Que lugares visité? he visitado todos los reinos... pero hace ya tiempo de eso... por distintas razones por supuesto, pero la que muchas veces se repitió es viajar y explorar.

Admira el lago para luego ver a la chica a su lado. -Supongo que usted no tiene mucho tiempo para hacer lo que desee, después de todo, una reina debe tener muchas responsabilidades. Es mas, me sorprende mucho que este aquí hablando sin tener una responsabilidad inmediata.

Dicho esto suspira un poco, volviendo a colocar la venda en sus ojos con cuidado, cubriéndolos perfectamente -Dígame Reina Adziel, ¿no debería estar en camino a su castillo?

- Es que suelo terminar todas las cosas temprano, pero tienes razón ya es muy tarde y seguro estarán preocupados. - Rió un poco pensando en la situación. – Parecen mis padres... -

Miró el cielo y vio como las nubes comenzaban a tapar la luna. Hacía más frio y se notaba que se estaba haciendo muy tarde. Nadie tenía idea del paradero de Adziel y eso probablemente los dejaría intranquilos. Pensó que sería lo correcto volver.

Le sonrió al demonio y respondió. – Sí, creo que sería lo mejor volver. Ya es muy tarde... Ha sido un placer compartir este rato contigo. Y... muchas gracias por tu ayuda. Si hubiera alguna forma de recompensarlo puede decírmelo, noble caballero. - Sonrió amablemente mientras pronunciaba aquellas últimas palabras de una manera más formal.