Pasando la Tarde

"Aquel viejo sol anaranjado" pensaba mientras pequeños destellos de luz se filtraban entre las hojas de un viejo roble que estaba a su ldo. Suspiró con calma mientras miraba las rojizas nuves pasar por su vista, aquel cálido sol le estaba brindando una función única delante de sus ojos, una que no se podía repetir dos veces.

Aquel ocaso parecía ser interminable, o l menos sentí la senacion de estar ahí hace horas sentada esperando que algo sucedera en aquel pedazo de inmencidad verde lleno de felicidad, o tal vez espernd que alguien notara su presencia. Llevó a su boca una de las tantas manzanas rojas que llevaba adentro de su pequeño canasto de mimbre y se quedó mirando en dirección de un joven que aparentaba ser un camarero.

Con un gesto con la mano dulce le ofreció una de sus dulces manzanas rojas mientras que sonreía calidamente al joven. Aunque no sabía bien como actuar ante quel chico que se había quedado mirando esa inusual escena de una completa desconocida ofreciendole una manzana roja.

Sonrió cortésmente al joven que estaba delante de ella y se sentó a su lado dudando un poco si era eso lo que realmente debía ser, después de todo era un poco tímida, aunque no había dudado en ofrecerle una manzana de su cesta. El anaranjado cielo se refrejaba en sus ojos, aquel cielo tan majestuosos que se prestaba para ser admirado por los ojos mortales e inmortales.

Luego simplemente le sonrió al joven y dijo con timides-No hay necesidad a que me pagues, yo simplemente lo hice por el gusto de dartela...-sonrió nuevamente y apareció detrás suyo una pequeña silueta peluda y blanca con una pequeña gema roja en su frente. Aquel peluche tan adorable no era otra cosa que su compañia en ese viaje, Mokona. La tená desde que ella podía recordar, Mokona se apoyó encima de su falda y ella simplemente la acarició por un rato mientras le daba una manzana de su cesta. Inmediatamente Mokona la comió sin dudarlo y sin dejar una miga en el regaso de Sakura.

En el fondo no se atrevía a mirar al joven hasta que no pudo soportar el silencio de la charla y dijo con lentitud y nerviosismo-Disculpame... pero... ¿cómo te llamas?-realmente le daba vergüenza preguntarle algo así a un completo desconocido. Aunque en parte se lamentaba por sir tan vergonzosa y no ser una buena compañia para charlar.

Miró a Usui y sonrió súbitamente con cortesía respondió mientras veía tiernamente como el pequeño pollito de Usui comía plácidamente la manzana que le acababa de regalar al joven-Soy Sakura una simple vagabunda que anda de reino en reino- por un momento no sabía que decir después de todo a veces era algo tímida, para no decir siempre.

Miró por un momento a los chicos que corrían al rededor de ellos y prosiguió la charla con lentitud-¿que haces aqui?-por un momento hizo siencio e inmediatamente dijo-Perdón si esto parece un cuestionario entre policías y detectives... Es que simplemente tengo curiosidad... Si te incomodo simplemente me lo puedes decir y yo me retiro... No quiero incomodarte...

Por un momento pensó que habría sido mejor no abrir la boca y mucho mejor si no se acercaba, después de todo parecía incomodar al joven. A veces sentía que tenía esa habilidad tan mala de poder incomodar a la gente tan rápido que simplemente prefería estar sola con Mokona. Por un momento no sabía que hacer ya que el silencio de la charla se hacía frecuente, estaba apunto de tomar sus objetos personales pero decidió esperar que el chico le respondiera aunque sea algo.