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-Primer Encuentro- (Privated)
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-Primer Encuentro- (Privated)
LLevaba poco tiempo dentro del Reino al servicio de la Reina... el problema era que aun no la conocía, como un subcapitán novato que era, pensaba que lo primero sería presentarme ante ella y tratar de conocer la clase de persona que es, para así poder saber a quién estoy prestando mi fuerza. Me adentré en un profundo valle que a mi parecer era un poco deprimente, la brisa del viento era fría como si tratara de congelarme allí mismo, coloque el gorro de la túnica bien amarrada para protegerme de el y seguí mi camino hacia donde mi olfato me llevaba, ese extraño olor que me iba atrallendo era diferente al de los demás, hacía que me estremeciera un poco, pero no importaba por que estaba como imnotizado por aquel aroma. Al final del valle divisé unas Ruinas con formas peculiares, aquel olor se hacía cada vez más intenso, decidí atravesar las ruinas para dar con la persona perteneciente a esa fragancia. La brisa cada vez cesaba mas y mas al final de la travesía, al fondo había un edificio de aspecto antiguo, entré sin pensarmelo dos veces, era un lugar lleno de libros de texto, el olor se concentraba allí. Al fondo de la sala, habia una pequeña puerta que llevaba a unas escaleras que desembocaban a otra sala de tamaño amplio. Al parecer esa "sala" representaba una especie de "mini cementerio" en el que se encontraban los cuerpos de los atiguos gobernantes del reino. El olor de aquella persona estaba en esa zona, pero mis ojos estaban dañados por la luz del sol y no distinguía nada, no se me daba bien ver durante el día, y la luz del sol afectaba mas aun en mis claros ojos, la intriga me llevó a acercarme y leer los nombres de las lápidas. -Esta borroso... ¿Tsujimura? Murmuraba mientras pasaba la mano sobre la lápida comprobando la textura que la componía.
Roxas- Especie : Licántropo
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Re: -Primer Encuentro- (Privated)
Estaba, hacía unos 10 minutos, en la tumba de sus ancestros todos aquellos seres que la habían precedido y sucumbido ante la inminente muerte. Ante la idea de esperar y gastar tiempo haciendo nada prefirió arrodillarse al lado de una tumba y ponerse a rezar por su madre. Hacía tiempo que no iba a visitar a su familia, pero nunca había podido visitar a su madre, ni siquiera cuando enterró en aquel lugar a su padre.
Simplemente nunca había querido pisar su tumba, simplemente para que los ciudadanos no pensaran que ella había cometido un sacrilegio volviendo a visitar a su ‘víctima’ en su lecho de descanso eterno.
Suspiró tristemente mientras su pelo se volvía totalmente blanco en el aire y sacaba de su bolsillo la vieja cruz de su madre. Cerró los ojos mientras dejaba su arma a un lado de la tumba, el arma de todas aquellas personas que estaban ahí y que ahora le pertenecía a ella.
Se quedó ahí rezando en silencio mientras pensaba “¿qué nos depara el destino madre? ¿Qué es lo que nos depara a esta nación que hace uso de la naturaleza para seguir existiendo? ¿Por qué aquel demonio no nos envenenó a todos y que pretende casándose con Deriel?... No entiendo madre aquel accionar. Tampoco entiendo porque yo tuve que ser la reina de este lugar cuando yo no quería y cualquier persona podría hacer ocupado el cargo… ¿no me pudieron dejar vivir en paz en Kounan siendo una más de las bestias que moran en aquel infierno?... No entiendo tampoco aquel extraño sentimiento que reside en mi corazón, ¿por qué estoy tan triste pensando en aquella posibilidad de no volverle a ver nunca más?”
Por un segundo pensó que sus lágrimas iban a caer en el piso pero antes que hiciera algo había notado que había entrado alguien. Sus lágrimas se detuvieron sin siquiera salir de sus ojos y su corazón se cerró rápidamente a los sentimientos que había en sus pensamientos.
Salió entre las tumbas como si fuese un fantasma o un espíritu errante, un alma guardiana de aquel lugar y dijo a aquel chico que parecía no ver del todo bien –Supongo que eres el subcapitán de mis tropas…-su voz retumbó en todo el lugar haciendo eco. Con firmeza dijo- ¿Qué es lo que te trae a citarme el día de hoy?
Simplemente nunca había querido pisar su tumba, simplemente para que los ciudadanos no pensaran que ella había cometido un sacrilegio volviendo a visitar a su ‘víctima’ en su lecho de descanso eterno.
Suspiró tristemente mientras su pelo se volvía totalmente blanco en el aire y sacaba de su bolsillo la vieja cruz de su madre. Cerró los ojos mientras dejaba su arma a un lado de la tumba, el arma de todas aquellas personas que estaban ahí y que ahora le pertenecía a ella.
Se quedó ahí rezando en silencio mientras pensaba “¿qué nos depara el destino madre? ¿Qué es lo que nos depara a esta nación que hace uso de la naturaleza para seguir existiendo? ¿Por qué aquel demonio no nos envenenó a todos y que pretende casándose con Deriel?... No entiendo madre aquel accionar. Tampoco entiendo porque yo tuve que ser la reina de este lugar cuando yo no quería y cualquier persona podría hacer ocupado el cargo… ¿no me pudieron dejar vivir en paz en Kounan siendo una más de las bestias que moran en aquel infierno?... No entiendo tampoco aquel extraño sentimiento que reside en mi corazón, ¿por qué estoy tan triste pensando en aquella posibilidad de no volverle a ver nunca más?”
Por un segundo pensó que sus lágrimas iban a caer en el piso pero antes que hiciera algo había notado que había entrado alguien. Sus lágrimas se detuvieron sin siquiera salir de sus ojos y su corazón se cerró rápidamente a los sentimientos que había en sus pensamientos.
Salió entre las tumbas como si fuese un fantasma o un espíritu errante, un alma guardiana de aquel lugar y dijo a aquel chico que parecía no ver del todo bien –Supongo que eres el subcapitán de mis tropas…-su voz retumbó en todo el lugar haciendo eco. Con firmeza dijo- ¿Qué es lo que te trae a citarme el día de hoy?
Re: -Primer Encuentro- (Privated)
La familia que aparecía nombrada en la tumba tenía que pertenecer a la de la Reina, pues había escuchado que portaba el mismo apellido que ellos. -¿Qué aspecto tendría? Era la única pregunta que se me ocurría en esa situación donde lo único que parecía rodearme eran cadáveres de dios sabe cuantos siglos, no se me daba bien los números y no estaba dispuesto a hechar cáculos desde la hora y día de la muerte de aquellos difuntos familiares reales.
Froté fuertemente mis ojos para quitar la nubosa pared que impedía la visión total de mis claros ojos. -Por fín... Pensaba observando el resto de la sala con toda la tranquilidad del mundo... pero la paz que reinaba en toda la sala se vió alterada por una voz femenina y siniestra que retumbaba con eco, haciéndola así aun mas fuerte.
-S...Soy el nuevo subcapitán...! Dijo tratando de responder sin que se le notara el susto que le había dado esa repentina voz.
Entrecerré los ojos firmemente para poder ver bien de quien se trataba. Aparentemente era una chica de pelo grisáceo, muy delgada, hasta podía confundirse con una ilusión o un fantasma. -¿Y tu de donde sales? ¿Quién eres?... Pero antes de terminar de hacer preguntas recordo que había dicho "sus tropas" -Oh... Seguidamente bajo la cabeza a modo de disculpa, no estaba acostumbrado a tratar con gente y menos a mostrar modales.
-Siento haberla hecho venir, su alteza, bueno... soy nuevo aquí y me gustaría conocer a quién siervo y las circunstancias en la que nos encontramos. Respondí decisivamente apenas sin parpadear.
Froté fuertemente mis ojos para quitar la nubosa pared que impedía la visión total de mis claros ojos. -Por fín... Pensaba observando el resto de la sala con toda la tranquilidad del mundo... pero la paz que reinaba en toda la sala se vió alterada por una voz femenina y siniestra que retumbaba con eco, haciéndola así aun mas fuerte.
-S...Soy el nuevo subcapitán...! Dijo tratando de responder sin que se le notara el susto que le había dado esa repentina voz.
Entrecerré los ojos firmemente para poder ver bien de quien se trataba. Aparentemente era una chica de pelo grisáceo, muy delgada, hasta podía confundirse con una ilusión o un fantasma. -¿Y tu de donde sales? ¿Quién eres?... Pero antes de terminar de hacer preguntas recordo que había dicho "sus tropas" -Oh... Seguidamente bajo la cabeza a modo de disculpa, no estaba acostumbrado a tratar con gente y menos a mostrar modales.
-Siento haberla hecho venir, su alteza, bueno... soy nuevo aquí y me gustaría conocer a quién siervo y las circunstancias en la que nos encontramos. Respondí decisivamente apenas sin parpadear.
Roxas- Especie : Licántropo
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Re: -Primer Encuentro- (Privated)
Escuchó las palabras del joven que estaba delante de su vista y se desplazó un poco de entre las tumbas para acercarse más al muchacho que parecía estar un tanto inseguro ante la presencia de una banshee, un espíritu del inframundo mensajero de los malos augurios. Su vestido negro (de aspecto funerario) se arrastró por el piso levemente arrastrando pequeñas particulas de polvo que había en la cripta.
Al escuchar las preguntas se su suvordinado levantó una ceja y con frialdad dijo- Soy un espíritu malvado que viene a deborar tu alma... Soy la reina Etsuko, emperatriz de Kutou, capitana de la Orden Rosa de la Cruz- inmediatamente agragó con un tono malvado- Soy la dueña de las pesadillas de esta nación, mejor conocida por ser una simple asesina despiadada son corazón...-dijo mientras su voz empezaba a hacer eco en los recovecos del sitio- Soy la traidora que asesinó a sus padres para obtener el poder de este reino y que su cabeza es sumamente codiciada por todos sus enemigos. Soy la reina negra del tablero de ajedréz que esta simplemente disfrazada de peón para divertirse, soy aquella que hace rodar millones de cabezas debajo de sus pies, aquella dama sin escrúpulos ni piedad capaz de aniquilar a quien se le antoje...-luego de eso sus palabras frenaron súbitamente y dijo con un tono maligno- Soy aquella de la cual más debes cuidarte en Xion... O al menos eso dicen las leyendas de este reino-diciendo esto último con una sonrisa un tanto malvada y un tono de voz lento.- Vengo de las profundidades de la muerte solamente para llevarme conmigo al Hades las almas de los muertos, aquellos retazos de recuerdo que permiten mi vida eterna...-dijo mientras sus dedos acariciaban una de las tumbas sercanas y sentía la textura de la piedra que rozaba contra sus células- Soy aquel ser que viene a devorar tu alma y llevarla hasta el más putrefacto lugar que jamás existió y vnego de ahí solo para venirte a buscar- su voz cada vez era más espeluznante hasta alcanzar a ser un susurro macabro- Pero como dije antes esto es solo parte de las leyendas urbanas de este país...-dijo por último intentando de contener el placer que le daba intentar de espantar a aquel pobre muchacho.
Suspiro y lo miró seriamente, era hora de ponerse las cartas sobre la mesa y empezar a hablar de estrategias- Como sabras recientemente todo el publo fue envenenado por alguien de la nación vecina, el ex rey de Kounan y actual de Hokkan, el Rey Kai, uno más de los demonios odiosos con el cual tengo el desplacer de compartir un puestro dentro del castillo de ciudad de Cristal...-Caminó nerviosamente entre las tumbas, con cierto grado de enojo y rapidez- A su vez, como sabras, tenemos terribles guerrillas internas en nuestro país, comandados por la Orden Flor de Loto... Pero no sé aun cuanto dure esta resistencia...- dijo mientras sonreía con gran satisfacción- Dejando los rebeldes de lado y hablando de la guerra en el exterior, nuestros francos estan vigilados constantemente, sea mar o tierra... El problema es el aire, aun no conseguios soldados como para que evitar un ataque aereo, por lo que necesitamos ir reclutando seres mágicos que pueden ayudarnos, sean dragones o lo que fuesen... En cuanto a actos rebeldes, también con el tema del veneno tenemos el problema de que este país ya no es más regido por mi persona sino por Kai y a su vez la ente me reclama una cura lo más pronto posible cuando nuestros científicos intentan hacer lo posible, pero no van a llegar a tiempo... En resumidas, puede que yo sea la reina de este país, pero solo e nombre, el resto ya lo sabes...-dijo rápidamente y con furia, furia la cual se fue hasta su mano dañando un poco de las inscripciones de una de las lápidas que tenía más cerca a ella...
Al escuchar las preguntas se su suvordinado levantó una ceja y con frialdad dijo- Soy un espíritu malvado que viene a deborar tu alma... Soy la reina Etsuko, emperatriz de Kutou, capitana de la Orden Rosa de la Cruz- inmediatamente agragó con un tono malvado- Soy la dueña de las pesadillas de esta nación, mejor conocida por ser una simple asesina despiadada son corazón...-dijo mientras su voz empezaba a hacer eco en los recovecos del sitio- Soy la traidora que asesinó a sus padres para obtener el poder de este reino y que su cabeza es sumamente codiciada por todos sus enemigos. Soy la reina negra del tablero de ajedréz que esta simplemente disfrazada de peón para divertirse, soy aquella que hace rodar millones de cabezas debajo de sus pies, aquella dama sin escrúpulos ni piedad capaz de aniquilar a quien se le antoje...-luego de eso sus palabras frenaron súbitamente y dijo con un tono maligno- Soy aquella de la cual más debes cuidarte en Xion... O al menos eso dicen las leyendas de este reino-diciendo esto último con una sonrisa un tanto malvada y un tono de voz lento.- Vengo de las profundidades de la muerte solamente para llevarme conmigo al Hades las almas de los muertos, aquellos retazos de recuerdo que permiten mi vida eterna...-dijo mientras sus dedos acariciaban una de las tumbas sercanas y sentía la textura de la piedra que rozaba contra sus células- Soy aquel ser que viene a devorar tu alma y llevarla hasta el más putrefacto lugar que jamás existió y vnego de ahí solo para venirte a buscar- su voz cada vez era más espeluznante hasta alcanzar a ser un susurro macabro- Pero como dije antes esto es solo parte de las leyendas urbanas de este país...-dijo por último intentando de contener el placer que le daba intentar de espantar a aquel pobre muchacho.
Suspiro y lo miró seriamente, era hora de ponerse las cartas sobre la mesa y empezar a hablar de estrategias- Como sabras recientemente todo el publo fue envenenado por alguien de la nación vecina, el ex rey de Kounan y actual de Hokkan, el Rey Kai, uno más de los demonios odiosos con el cual tengo el desplacer de compartir un puestro dentro del castillo de ciudad de Cristal...-Caminó nerviosamente entre las tumbas, con cierto grado de enojo y rapidez- A su vez, como sabras, tenemos terribles guerrillas internas en nuestro país, comandados por la Orden Flor de Loto... Pero no sé aun cuanto dure esta resistencia...- dijo mientras sonreía con gran satisfacción- Dejando los rebeldes de lado y hablando de la guerra en el exterior, nuestros francos estan vigilados constantemente, sea mar o tierra... El problema es el aire, aun no conseguios soldados como para que evitar un ataque aereo, por lo que necesitamos ir reclutando seres mágicos que pueden ayudarnos, sean dragones o lo que fuesen... En cuanto a actos rebeldes, también con el tema del veneno tenemos el problema de que este país ya no es más regido por mi persona sino por Kai y a su vez la ente me reclama una cura lo más pronto posible cuando nuestros científicos intentan hacer lo posible, pero no van a llegar a tiempo... En resumidas, puede que yo sea la reina de este país, pero solo e nombre, el resto ya lo sabes...-dijo rápidamente y con furia, furia la cual se fue hasta su mano dañando un poco de las inscripciones de una de las lápidas que tenía más cerca a ella...
Re: -Primer Encuentro- (Privated)
Observaba como la Reina se desplazaba por las tumbas como si fuera un espíritu, desprendía un aura fría como una mañana de invierno y tenebrosa como la oscuridad de la noche... sin duda los rumores que había escuchado sobre ella comenzaban a hacerse realidad. Aparentaba ser una persona muy dura y estricta, pero... quien sabe... quizás encontrase en ella alguna pizca de humanidad... o quizás no, definitivamente no había ingresado en el ejercito real al servicio de la Reina para hacer amigos, por naturaleza... yo no era muy humano tampoco, tenía las ideas claras y iba a someterme a mi cometido. -No parece que limpien... mucho por aqui. Pensaba sumido en mis pensamientos mientras observaba el ligero polvo elevarse del duro suelo.
Sus palabras frias como el hielo retumbaban fuertemente en mi cabeza y en toda la cripta, no se si estaba intentando intimidarme o esa era su manera de actuar, pero realmente lo que estaba consiguiendo era que la considerara apta para estar a su servicio. Al primer segundo que hubo silencio aproveche para decirle No puedes devorar mi alma...¿sabes por qué? Paré de hablar dejando unos segundos de tiempo para continuar a voz de susurro... -La perdí... el día en que decidí ingresar en sus tropas... Terminé bajando aun mas el gorro tapando mi rostro.
-Me alegra ver que esa es tu determinación y personalidad... de no ser así... podrías aver muerto al toparte con una bestia como yo... mi Reina... Le dije mientras observaba mis manos con asco. -Seré su marioneta... seré tu as en la manga... seré tu espada... el mejor guerrero que hayas podido tener... Terminé diciendo con una sonrisa un tanto extraña, no se sabría decir si era malévola o de alegría... pero lo que si sabía es que era de poder.
Me acerqué estando a un metro de distancia y apoyé una rodilla en el suelo mientras observaba su rostro. -Una peineta daría un toque mas umbrío a su gris cabello... Terminé diciendo mientras recuperaba mi forma y le daba la espalda durante unos momentos... giré la cabeza para responderle respectos a sus estrategias. -Kai... hoy hablar de él... pero estoy seguro que no la supera a usted en maldad ... verdad mi ¿Reina? Creo que podríamos ocuparnos de el sobre la marcha... Dije mientras la misma sonrisa se marcaba en mi cara. -Asi que rebeldes... ¿le estan dando muchos problemas verdad? Paré cerrando mis puños y elevando una mano hacia el cielo. -Si tengo la ocasión... les libraré de ese lastre... Dejé caer un pequeño suspiro de enfado cuando escuché que el reino estaba en manos de aquel tipo demonio. -Ummmp... no pensé que pudieran presionarla de esa manera... sin duda... ese sabe jugar sucio... Dije molestado, pues... ahora ese era el Reino en el que tendría que vivir a partir de ahora. -Relájese alteza... tendremos el momento de hacérselo pagar... estoy a sus ordenes, puede llamarme Roxas, cualquier plan de ataque que se le venga a la mente... solo hágamelo saber y me encargaré de ejecutarlo. Respondí por último.
Sus palabras frias como el hielo retumbaban fuertemente en mi cabeza y en toda la cripta, no se si estaba intentando intimidarme o esa era su manera de actuar, pero realmente lo que estaba consiguiendo era que la considerara apta para estar a su servicio. Al primer segundo que hubo silencio aproveche para decirle No puedes devorar mi alma...¿sabes por qué? Paré de hablar dejando unos segundos de tiempo para continuar a voz de susurro... -La perdí... el día en que decidí ingresar en sus tropas... Terminé bajando aun mas el gorro tapando mi rostro.
-Me alegra ver que esa es tu determinación y personalidad... de no ser así... podrías aver muerto al toparte con una bestia como yo... mi Reina... Le dije mientras observaba mis manos con asco. -Seré su marioneta... seré tu as en la manga... seré tu espada... el mejor guerrero que hayas podido tener... Terminé diciendo con una sonrisa un tanto extraña, no se sabría decir si era malévola o de alegría... pero lo que si sabía es que era de poder.
Me acerqué estando a un metro de distancia y apoyé una rodilla en el suelo mientras observaba su rostro. -Una peineta daría un toque mas umbrío a su gris cabello... Terminé diciendo mientras recuperaba mi forma y le daba la espalda durante unos momentos... giré la cabeza para responderle respectos a sus estrategias. -Kai... hoy hablar de él... pero estoy seguro que no la supera a usted en maldad ... verdad mi ¿Reina? Creo que podríamos ocuparnos de el sobre la marcha... Dije mientras la misma sonrisa se marcaba en mi cara. -Asi que rebeldes... ¿le estan dando muchos problemas verdad? Paré cerrando mis puños y elevando una mano hacia el cielo. -Si tengo la ocasión... les libraré de ese lastre... Dejé caer un pequeño suspiro de enfado cuando escuché que el reino estaba en manos de aquel tipo demonio. -Ummmp... no pensé que pudieran presionarla de esa manera... sin duda... ese sabe jugar sucio... Dije molestado, pues... ahora ese era el Reino en el que tendría que vivir a partir de ahora. -Relájese alteza... tendremos el momento de hacérselo pagar... estoy a sus ordenes, puede llamarme Roxas, cualquier plan de ataque que se le venga a la mente... solo hágamelo saber y me encargaré de ejecutarlo. Respondí por último.
Roxas- Especie : Licántropo
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Re: -Primer Encuentro- (Privated)
Escuchó las palabras del joven, realmente le gustaba mucho tener una mano derecha de ese estilo, un perro fiel que le pudiera dar una mano en cada una de sus misiones y caprichos. Le regocijaba el cuerpo de placer casi orgásmico al pensar que alguien le iba a dar una mano en sus planes, haciendo su trabajo mucho más liviano. Sus pasos se detuvieron instantáneamente intentando de responder lo mejor posible a su interlocutor- Este es uno de los casos que no me queda otra que obedecer a otra persona, no porque yo quiera… Después de todo, si todo mi pueblo muere y dejaría de ser reina… Después de todo no se puede gobernar un país sin súbditos…
Nuevamente uno de sus pies se despegó del suelo para caminar unos pasos hacia donde se encontraba al principio, no más ni menos, en la tumba de la antigua reina- He de suponer que reconoces esta tumba, la tumba de mi madre y el lugar que más respeto en esta vida, después de todo… Aquel cadáver no fue obra mía…-dijo esto último casi susurrando- Haz de saber que si juras lealtad en este recinto es para toda la vida, sin importar que pase… ¿Estás seguro de querer enfrentar hasta la muerte y el infierno? ¿Estás dispuesto de irme a buscar hasta el Averno?...
Inmediatamente dio media vuelta sobre sus pasos y caminó hacia el joven pasando por al lado de él como si nada y terminó agachándose sobre otra tumba mientras miraba las inscripciones en piedra que tenía. Sin importarle mucho donde estaba levanto la voz- ¡¿Estás dispuesto a llevar las marcas de mis estigmas junto conmigo?!-su voz retumbó en el lugar haciendo eco provocando que algún fuego de alguna vela amenazara con apagarse.
Por un momento temió hacer aturdido a aquel joven llamado Roxas, después de todo, su voz también era una de sus armas. Sonrió malignamente y dijo por último- ¿Estás seguro que quieres caminar entre montañas de cadáveres en la noche como mi fiel perro guardián?...
Nuevamente uno de sus pies se despegó del suelo para caminar unos pasos hacia donde se encontraba al principio, no más ni menos, en la tumba de la antigua reina- He de suponer que reconoces esta tumba, la tumba de mi madre y el lugar que más respeto en esta vida, después de todo… Aquel cadáver no fue obra mía…-dijo esto último casi susurrando- Haz de saber que si juras lealtad en este recinto es para toda la vida, sin importar que pase… ¿Estás seguro de querer enfrentar hasta la muerte y el infierno? ¿Estás dispuesto de irme a buscar hasta el Averno?...
Inmediatamente dio media vuelta sobre sus pasos y caminó hacia el joven pasando por al lado de él como si nada y terminó agachándose sobre otra tumba mientras miraba las inscripciones en piedra que tenía. Sin importarle mucho donde estaba levanto la voz- ¡¿Estás dispuesto a llevar las marcas de mis estigmas junto conmigo?!-su voz retumbó en el lugar haciendo eco provocando que algún fuego de alguna vela amenazara con apagarse.
Por un momento temió hacer aturdido a aquel joven llamado Roxas, después de todo, su voz también era una de sus armas. Sonrió malignamente y dijo por último- ¿Estás seguro que quieres caminar entre montañas de cadáveres en la noche como mi fiel perro guardián?...
Re: -Primer Encuentro- (Privated)
La voz de la Reina inspiraba fuerza y sometimiento, estaba claro que tenía un gran poder, aunque no sabía que clase de ser o monstruo podría ser, estaba seguro que quienes lo conocieran lo temerían. Caminé hacia un lado paralelo a ella y suspiré. -¡Je! Un tablero sin peones no es nada divertido ...¿verdad? Realmente es usted fría... mi reina, pensé que encontraría debilidad en sus palabras... o una pequeña pizca de afecto... Dije algo orgulloso, al parecer podía congeniar con la reina mas de lo que pensaba, servirla iba a ser divertido para una persona que no conoce los sentimientos propios aun.
-Discúlpame, pero no la reconozco... no tuve el placer de conocer a su difunta madre, ¿me está diciendo que usted no la mato? Tragué un poco de saliva ante las palabras de la reina, al parecer aun no se fiaba del todo, estaba decidido y nada me haría cambiar de opinion. -Mi vida esta en sus manos, moriré por usted con honor, sirviendo al Reino. Dije decisivamente como un noble soldado haría por su Reina. La voz de la Reina hizo que mi piel se erizara de nuevo, su manera de ser era inspiradamente espeluznante. -Tiene una gran voz y repito... definivamente acepto, hay algún lado donde firmar para que termine de creerme?... ¿qué tal un pacto de sangre? Le respondí con una sonrisa entre los dientes.
-Discúlpame, pero no la reconozco... no tuve el placer de conocer a su difunta madre, ¿me está diciendo que usted no la mato? Tragué un poco de saliva ante las palabras de la reina, al parecer aun no se fiaba del todo, estaba decidido y nada me haría cambiar de opinion. -Mi vida esta en sus manos, moriré por usted con honor, sirviendo al Reino. Dije decisivamente como un noble soldado haría por su Reina. La voz de la Reina hizo que mi piel se erizara de nuevo, su manera de ser era inspiradamente espeluznante. -Tiene una gran voz y repito... definivamente acepto, hay algún lado donde firmar para que termine de creerme?... ¿qué tal un pacto de sangre? Le respondí con una sonrisa entre los dientes.
Roxas- Especie : Licántropo
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Re: -Primer Encuentro- (Privated)
Aquel encuentro ya dejaba de ser igual a algún otro y aquel joven ya ni era considerado uno más de los soldados de sus tropas con el que no le quedaba otra opción que llevarse bien o empalarlo en frente de la puerta del castillo para demostrar su tiranía. Las cosas se habían vuelto más interesantes que nunca y en su mente se escuchaba el eso de "Un pacto con sangre..", aquella idea le parecía de lo más emocionante, pero sabía que no debía, no podía, pero quería.
La sangre, ya sea la palabra o incluso el fluido, era una de sus más secretas obseciones, llegando al límite de la cuasi locura. Para ella era algo más que un líquido carmesí vizcoso, era el fluído de la vida y algo capaz de determinar si vivía o moría en batalla. Aquella obsesión cada vez era más marcada, seguramente había empezado cuando se había ido de Kutou a primera vez, pero quien sabe.
En el fondo tal vez quería tener un vínculo con aquel sujeto aunque sea para no sentirse tan sola y tener a un 'fiel lazarillo' que la ayudara en sus problemas. Sonrió- Tal vez no hace falta algo tal como un pacto de sangre, después de todo no creo que quieras cargar más de los estigmas que te son asignados...
Realmente para ella Astaroth era su estigma del cual algún día se iba a deshacer, al igual que su estigma de ser reina solo por su sangre. Nunca le fue razonable como era que los mensajeros de la muerte pudieran ser reyes en Kutou, su madre también era Banshee y era sangre real, al igual que todas las banshees de su familia.
El único pecado que ella no podía hacer cargar a nadie fue el de sus asesinatos de Kounan, aquel marcado por su único y fiel vasallo que jamás la traicionaría, aquel perro diabólico de tres cabezas capaz de espantar a quien se le cruzace. Miró al joven con sus penetrantes ojos amarillos y dijo- No creo neesario algo como un pacto de sangre, después de todo siempre existe la posibilidad de romper vínculos...-agregó- En cuyo caso te tengo una misión para demostrar tu valía eso si es que aceptas...
Húbo un súbito silencio en la habitación mientras Etsuko esperaba la respuesta de Roxas, en aquella misión ella demostraría su tiranía delante de otro ser que no fuese Cerberos. Era la primera vez que iba a mostrarle hasta donde podía llegar como ser casi sin sentimientos, era una de esas obras que no iba a poder perderse y de función única y privada, una verdadera obra de arte.
La sangre, ya sea la palabra o incluso el fluido, era una de sus más secretas obseciones, llegando al límite de la cuasi locura. Para ella era algo más que un líquido carmesí vizcoso, era el fluído de la vida y algo capaz de determinar si vivía o moría en batalla. Aquella obsesión cada vez era más marcada, seguramente había empezado cuando se había ido de Kutou a primera vez, pero quien sabe.
En el fondo tal vez quería tener un vínculo con aquel sujeto aunque sea para no sentirse tan sola y tener a un 'fiel lazarillo' que la ayudara en sus problemas. Sonrió- Tal vez no hace falta algo tal como un pacto de sangre, después de todo no creo que quieras cargar más de los estigmas que te son asignados...
Realmente para ella Astaroth era su estigma del cual algún día se iba a deshacer, al igual que su estigma de ser reina solo por su sangre. Nunca le fue razonable como era que los mensajeros de la muerte pudieran ser reyes en Kutou, su madre también era Banshee y era sangre real, al igual que todas las banshees de su familia.
El único pecado que ella no podía hacer cargar a nadie fue el de sus asesinatos de Kounan, aquel marcado por su único y fiel vasallo que jamás la traicionaría, aquel perro diabólico de tres cabezas capaz de espantar a quien se le cruzace. Miró al joven con sus penetrantes ojos amarillos y dijo- No creo neesario algo como un pacto de sangre, después de todo siempre existe la posibilidad de romper vínculos...-agregó- En cuyo caso te tengo una misión para demostrar tu valía eso si es que aceptas...
Húbo un súbito silencio en la habitación mientras Etsuko esperaba la respuesta de Roxas, en aquella misión ella demostraría su tiranía delante de otro ser que no fuese Cerberos. Era la primera vez que iba a mostrarle hasta donde podía llegar como ser casi sin sentimientos, era una de esas obras que no iba a poder perderse y de función única y privada, una verdadera obra de arte.
Re: -Primer Encuentro- (Privated)
LLevábamos un buen rato de conversación, a mi parecer, esta era una de las veces que mas tiempo había dedicado a tener una conversación civilizada con una persona, pocas personas despertaban mi interés, y La Reina Etsuko era una de esas que lo hacían bastante, quería estar junto a ella, para comprobar el paso del tiempo, el cambio de estaciones, los malos momentos, sus planes malévolos de autobeneficio propio, quería ver como conseguía recuperar su poder robado por ese Demonio llamado "Kai", me paré a pensarlo durante un momento, quizás había sido muy sádico con eso de un "pacto de sangre" seguramente a la Reina no le haría mucha gracia eso. -Si es su deseo... no la obligaré, lo único que quiero es que confíe en mi fuerza, para ello haré lo que sea. Terminé diciéndole directamente, el pacto de sangre tampoco me hacía mucha gracia, pues odiaba ver correr mi sangre... mi sangre... de un tono mas oscuro de lo normal, no era algo que me gustaba mostrar, pero si despertaba mi curiosidad ver correr la de los demás, en ocasiones tenía impulsos asesinos que me hacía difícil controlarme, pero eso lo tenía mas o menos controlado.
El sentimiento de servir a alguien se estaba haciendo cargo de mi desde hace mucho tiempo, el no tener familia... podría ser que era lo que me estaba llevando a acumular ese odio hacia los demás que viven y luchan por otros seres queridos, me parecía una tontería, una carga inútil tener que depender de otra persona, por ello... quería servir a la reina, para simular un poco ser como el "resto" un "perro fiel" nunca mejor dicho, aunque no sienta ni la mas mínima admiración ni fidelidad hacia esa persona. Era un soldado capacitado para todo que acataría cualquier orden sin dudar.
-Hummp... así que cambiaremos el pacto de sangre por una prueba ¿no?, está bien, estoy preparado. Le respondí dando unos pasos hacia ella, ¿sería desconfianza lo que estaba mostrando en ese momento? no lo sabía o quizás... su maldad no tenía limites y quería divertirse a mi costa, aunque la verdad no me importaba. -Dígame mi Reina... ¿Cuáles son sus órdenes? Terminé diciendo mientras chocaba mi puño contra la otra mano, la sangre de mi cuerpo estaba empezando a encenderse, la emoción de mi primera misión me estaba llenando de energía.
Después me adelanté hacia una de las lápidas y me apoyé contra ella esperando que la reina me contara de que se trata la misión.
El sentimiento de servir a alguien se estaba haciendo cargo de mi desde hace mucho tiempo, el no tener familia... podría ser que era lo que me estaba llevando a acumular ese odio hacia los demás que viven y luchan por otros seres queridos, me parecía una tontería, una carga inútil tener que depender de otra persona, por ello... quería servir a la reina, para simular un poco ser como el "resto" un "perro fiel" nunca mejor dicho, aunque no sienta ni la mas mínima admiración ni fidelidad hacia esa persona. Era un soldado capacitado para todo que acataría cualquier orden sin dudar.
-Hummp... así que cambiaremos el pacto de sangre por una prueba ¿no?, está bien, estoy preparado. Le respondí dando unos pasos hacia ella, ¿sería desconfianza lo que estaba mostrando en ese momento? no lo sabía o quizás... su maldad no tenía limites y quería divertirse a mi costa, aunque la verdad no me importaba. -Dígame mi Reina... ¿Cuáles son sus órdenes? Terminé diciendo mientras chocaba mi puño contra la otra mano, la sangre de mi cuerpo estaba empezando a encenderse, la emoción de mi primera misión me estaba llenando de energía.
Después me adelanté hacia una de las lápidas y me apoyé contra ella esperando que la reina me contara de que se trata la misión.
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