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Ojos cerrados - La oscuridad Existe [Priv]

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Mensaje por Gabriel Magnus Sáb Feb 05, 2011 12:41 am

Spoiler:

-Benditos sean los sentidos como para alertarme que la pesadilla de la cual desperté, el mundo ajeno en el que estuve viviendo varios días, un solo día donde ahora me encuentro parado. Durante todos estos años jamas pude despertarme de manera tan agitada que la otra mañana, cuando todavía en mi propio reino me encontraba, cuando justamente estaba llegando a este lugar, tras recorrer el peligroso terreno de la Dictadora. En mis sueños pude hablar con ella, hasta pude luchar con ella, por alguna razón no puedo terminar aquel extraño suceso, pero todo lo que ocurría en el inconsciente, y mas en el mio, significaba algo. Ademas...¿Porque en las Ruinas? Eran problemas de los cuales no podía ocuparme ahora, no en este momento donde la vida de alguien que en sueño había sido muy preciada, a quien le había jurado lealtad, a quien le había dado mi protección para que pudiera sonreír...A quien siempre recordaba mis palabras, a quien de cierta manera supe admirar y al mismo tiempo desconfiar...Ese nombre estaba resonando por los pasillo del palacio, en mi cabeza, como los pasos de una presencia que durante toda una noche no supe reconocer...Por alguna razón sentí que el que era mi señor ya no era, claro, el tenía una esencia lo suficientemente humana como para quedarme tranquilo, como para saber que podía cometer errores y al mismo tiempo lograr grandes proezas, a fin de cuentas me tenía a su lado, le di mi mano y lo apoyé cuando este hermoso reino hizo sonar los calabozos...Pero ya no, había sido en principio mi ausencia, había sido casi mi culpa y mi maldita manía de viajar a todos lados para poder observar el terrible egoísmo de frente. Seguramente por eso había dormido tanto, seguramente por esa razón había dormido...Porque estaba cansado y porque deje que por varias horas mis ojos se cerraran, presenciaran la oscuridad y formaran las imágenes de mi nacimiento y mi muerte pero al mismo tiempo mi resurrección. Recuerdo el rostro de los Dioses, pero no recuerdo ser capaz de verlo de nuevo, en eso temía un poco, sin embargo podía ver mis manos...A su alrededor se formaba aquella armonía de color blanco, casi transparente, cuando miraba al cielo podía respirar tranquilo, cuando caminaba podía escuchar mis pensamientos y cuando escuchaba las palabras oscuras de otro, ajeno a todo lo que fuera bueno, corría, corría en el silencio mas astuto y me preocupaba...Pero lo mas importante, entre la oscuridad sabía como esconderme y actuar, porque ademas de mi enemiga era mi vieja amiga de la infancia y si para tratarla y jamas aburrirla debía estar tan despierto como hoy, lo haría. Porque es mi deber, no solo luchar por el ceno de la humanidad, sino por el bien de todo Xion...Para empezar debía diferenciar a los que eran culpables de los que estaba mas cerca de la Inocencia, tener fe que la misma arma fuera el filo de mi victoria...-

-A mi alrededor solo había una pequeña e insignificante luz artificial, solo eso. Si me paraba en medio de limpio suelo podría encontrarme con pilares de sillas hacia arriba, siendo soportadas por lustradas mesas que dejaban pasar un aire de terror, claro, la oscuridad urbana era la peor, por lo menos si alguien alguna vez se molestó en investigar los miedos humanos y los distintos tipos de Oscuridades...Esta era horrible, pero era tan necesaria como respirar el aire artificial de un viejo ventilador, invita la casa la buena voluntad, yo por lo menos había pagado con esta desde mi nacimiento, ahora debía actuar, aunque sea con palabras, simplemente no podía salir de mi reino...Tenía entendido que el Rey sabía que no estaría a su disposición esta noche, tuve que comunicarme con un contacto para que le hiciera entender eso, para que diera la cara por mi, para que esta noche no tuviera que ser molestado por una presencia que ni siquiera deseaba sentir...No quise entender que siempre fue así, solamente quería imaginar que el reino de los humanos estaba siendo gobernado por un...Humano.
Aproximadamente eran las tres de la mañana, desde el lugar no podía sentir una sola alma que fuera de real importancia, las puertas de este local estaban cerradas, unas persianas metálicas impedían ver absolutamente todo lo que estaba ocurriendo adentro, por suerte, el dueño era alguien responsable que se encargaba de tener impecable el exterior como también el interior. También había sido lo suficientemente sensato como para entender que esto era por fuerza mayor, que su silencio valía oro y que toda la movida que tuve que hacer para que fuera perfecto costaba la razón del porque trabajar, hospital, personas, testigos...Cosas que el miedo se puede llevar pero que confiaba que sería lo suficientemente fuerte como para generar una pequeña luz a la cual aferrarse entre tanta oscuridad...Esperanza al 70%, lo demás corría por mi parte.
Aproximadamente eran las 02: 54 , había consultado un horario incierto, sin embargo el lugar estuvo preparado desde este día, donde su dueño, el Joven Usui, había cerrado el local "por cuestiones de salud propia" , unos días enfermos, algo que quizás por gusto, por moral o por cualquier otra cosa, le había llevado a cerrar el bar por el resto de la semana , siendo hoy un agitado y recién nacido viernes.
Debía entender yo que esto le daba el pan de todos los días, que le dejaba estar en su hogar, vestir, tener empleados y hasta quizás darse algunos gustos materiales, como también el gusto de la tranquilidad. Era un tipo tranquilo, un tanto extraño, pero por lo menos supo darse cuenta de que no era un bastardo como el rey. Mis intenciones eran buenas y como hermanos, ya que ambos somos humanos, nos entendimos con la mirada...A fin de cuentas, fuera y dentro de la frontera había seres que solo en fantasías hubiésemos imaginado que existían-
Te vuelvo a Prometer que voy a pagarte los días que tengas cerrado, como también el hacerte sentir incómodo con esto, tu silencio y por supuesto el compromiso...Ahora solamente te puedo agradecer y dejarte tranquilo de que vas una explicación...Pero no ahora...-De manera serie le dirigiría la mirada a quien se encontraría frente a mi, del otro lado de la barra del bar que era iluminado por una lampara que emitía una tonalidad un tanto amarillenta y refrigerada solo por un ventilador, por suerte no hacía mucho ruido y por suerte era potente como para mantenerme un poco mas tranquilo, evitando cualquier gota de sudor que pudiera amenazar mi serenidad.
Por esta vez, me quite todas las ropas que pudieran identificarme, con excepción de los guantes, esta noche vestí como uno mas, un jean claro , prácticamente nuevo, una remera de mangas largas de color blanco, arremangada a la altura de mi codo y un chaleco de color azul oscuro que apenas llegaba a mi estómago, por suerte la noche estaba fresca como para vestir así, aunque no tanto para apaciguar mi leve inquietud. Para no ser descubierto dejé mis prendas en un legar particular, escondidas y aisladas de lo que podría ser desde un vagabundo hasta algún curioso perro del rey, también había aprovechado de mojarme el cabello, para que este quedara lo suficientemente lacio como para pasar desapercibido.Al ser negro no había problemas y al tener ojos celestes solo podía quedar como un chico algo guapo de la noche. Debía admitir que esta apariencia estaba bien, pero si viajara con esto quedaría desnudo al primer día. Solo tras mis palabras podía dirigir un suspiro, alejar mis brazos y mi cuerpo inclinado de la barra, debía asegurarme de que toda la construcción psíquica estuviera en orden , por lo menos antes de su llegada...Nadie, absolutamente nadie debía enterarse de nada...-

-Me alejaría de la barra para dirigir mi diestra hacia adelante, apuntando con la palma de la misma hacia la oscuridad, dejando que mis dedos cayera de manera lenta y delicada. Para esto debí concentrarme, cerrar mis ojos y comenzar a respirar de manera profunda y relajada, debía visualizar mi propia trampa en mis pensamientos, cosa que provocaría que el guante derecho comenzara a producir un pequeño brillo desde la extraña piedra que tenía incrustada en el dorso de la mano, seguido a esto una corriente de aire suave, pero un tanto calurosa, dejó escapar un agradable sentimiento a serenidad, un buen consejo para una mente intranquila, una paseo único en el atardecer de una ciudad limpia o de un campo bien florecido. Un leve escalofría y bastaría para que las paredes se iluminaran por solo un segundo, estas brillarían en un capa celestina muda, no había nada hostil, no había absolutamente nada fuera de lugar, por lo cual podía quedarme tranquilo de que estuviéramos lo suficientemente aislado de la realidad como para dar a entender a cualquier ser sensible que este lugar estaba totalmente vacío, aunque pudiera producirse cualquier ruido u olor desde adentro, como también sentir cualquier presencia. Simplemente tenía que asegurarme de que estuviera todo en orden, de que solo El se diera cuenta de que estaba aquí y que justamente en su actual cercanía el pudiera saber eso-
Necesito que vayas por la puerta de atrás y le abras...Es el único que tendría que venir por esa dirección. Acordate que su cabello es de color azul ceniza , te tendrías que poder guiar con las luces de la calle. -Le dí una indicación con pocos detalles, antes le había dicho como era, cuando medía y como supuse que vestiría, sin embargo no era necesario aclarar que para abrir la puerta debía ser cuidadoso, supuse que el sabría como recibirlo de manera cautelosa por lo cual solo podía confiar en su sentido común y su inteligencia. Era un buen muchacho, lo suficientemente despierto como para hacer lo correcto...-

-En lo que sería su ausencia colocaría mis manos en los bolsillos de mi pantalón, ocultando así que fueran mis guantes los que cubrían estas. solo podía esperar, ahora a un lado de la mesa que había armado para nosotros dos, lejos de las ventanas, donde el ventilador apuntaba y donde la luz hacía su parte, luz que supuse el apagaría, mas que nada para evitar que alguien se diera cuenta de que había corriente.
Al capitán de la Orden Luminis lo tuve que citar vía familiar, tuve que arreglármelas yo para poder vincularme con un ave de pequeño tamaño, asegurarme de que estuviera sano y de que llegara el mensaje hasta la presencia de este ángel caído. No supe como llegaría, pero le tuve que rogar que viniese de manera precavida y rápida, que era algo tan urgente como cualquier orden importante de su Reina o de cualquier otro superior. Su presencia sin duda dejaba en claro que había entendido la gravedad de un asunto que ni siquiera por mensaje pude darle, no confiaba en la hechicería, no podía confiar en nada que supiera controlar de manera diestra.
ahora con los brazos a un costado, con mi mirada privada de esta realidad y con la fe de que el despliegue fuera exitoso esperaba. Si todo salía bien desde le principio no habría posibilidad de que ocurriera algo...Malo. No nos tendrían porque descubrir, ni el mas inteligente tendría que darse cuenta de que estábamos acá, de que Auren se encontraba conmigo y de que Usui estaba fuera del hospital. Simplemente no podía fracasar...-


[no hace falta post biblias XD ]
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Mensaje por Usui Takumi Dom Feb 06, 2011 7:39 pm

La calma de la noche, la brisa tan refrescante en un día como ese donde en un mundo bajo aquel cielo de estrella junto con el gran farol arriba. Utilizado por los viajeros para iluminar los caminos en la áspera noche, donde aquel tiempo cumplió su propósito para atraer a alguien de tierras lejanas hacia Hokkan, el reino de los humanos. Su apariencia, por el momento, pasaba desapercibido por uno mas de aquellos lares incluso se podría decir que era un joven que ofrecía sus servicios nocturnos a todo aquel que lo requería. Pero como bien sabemos todo eso era fachada para poder ingresar al Bar de "The Eden" sin llamar mucho la atención.

Su dueño descansaba en la barra junto con su animal de compañía, realizando las limpieza correspondiente a dicho sitio. Los vasos ya estaban todos en su lugar, solo faltaba cerca uno con un trapo para dejarlo reposar en la estantería, donde estaba a la vista de los clientes para su utilización. La barra no presentaba ningún rastro de suciedad, estaba en su mejor esplendor Los pisos como las mesas estaban acomodados, listo para su utilización. Estaba de espalda cuando oyó la puerta abrirse, el pájaro que reposaba en su cabeza tomo vuelo para permanecer en movimiento durante todo el trayecto del invitado, a medida que piaba con consistencia como si le avisara a su dueño distraído, de un nuevo cliente.


No te preocupes ... Ya me has explicado todo. Entiendo bien todo lo que esta ocurriendo. No es mi deber juzgarte ni para bien ni para mal. Aparte lo que ocurre dentro de estas 4 paredes se queda aquí, por ello no deberías preocuparte de alguna filtración. Sin olvidarnos que necesitaba tomarme algunas vacaciones. -Diría de espalda al sujeto para terminar de acomodar, nuevamente, todos los vasos que estaban en la repisa para sacar dos junto con unas botellas de alcohol para disfrute de los caballeros. Con respecto a la ultima solo se frotaría su nuca en señal de pereza como también de vergüenza, había olvidado la ultima vez que se logro tomarse el día y alejarse de todos los problemas. Ser uno con él junto con el pajarillo y la naturaleza, tener sus tiempos para si mismo. Como extrañaba aquellas épocas, donde ahora podría darse el lujo.

Giro un poco su cabeza en dirección al recién llegado para verificar que estaba algo nervioso. O eso demostraban los gestos físicos de su cuerpo, todo esto era algo mas peligroso de lo que había pensado. Muchas cosas estaban en juegos, algo que realmente ignoraba por el momento, pero que en un futuro se le explicara.

Solo movió su cabeza, en un gesto de afirmación, al oír las palabras de su interlocutor para dejar el trapo sobre la barra y comenzar a caminar hacia la puerta trasera. Durante el trayecto tomaría la llave, para memorizarse y crear una imagen de la persona que debía abrirle. Suspiro de una manera bastante pesada para estirar su brazo y así elegir la llave correcta y ponerla en la hendidura. El sonido metálico de la cerradura al moverse, avisaría al sujeto del otro lado para que estuviera preparado.
Puede ingresar cuando guste. Su "pareja" lo esta esperando con impaciencia. Pase y disfrute su estadia -Los rasgo que se le habían descrito eran realmente fiel a la persona que tenia enfrente. Lo analizaba por algunos momentos con su mirada, recorriendo desde la punta de su cabeza hacia los tobillos. No había duda era él, el ultimo que debía ingresar al bar que, por el momento, se tomaba el derecho de admisión.-

Avanzo algunos pasos hacia adentro local, para darse la vuelta y observar si el invitado se atrevería a avanzar, si este era su respuesta le señalaría el camino respectivo para encontrarse con el otro y así dar por comienzo, la reunión.
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