Todo en calma. (privado)

¡Mami cómprame aquél globo! -escucho decir a un niño que caminaba sobre el parque de la mano con su madre, mientras él pasaba con total calma a un lado de la dama- ¡mami dame para un helado! ... y así cambiantes las ordenes que juguetones los niños dan a sus mayores.
Mientras más caminaba y se alejaba parecía acercarse más a recuerdos viejos, amargos y certeros que su mente taladraban.
No paró de caminar aunque recordando iba su sentido paternal, ya entristecido y embriagado con melancolía se resignó y sobre una banca se sentó, postró los ojos en el cielo y en el firmamento sus pesares envió, bajo la vista y cerro sus ojos mientras sus manos recorrían desde arriba hacia abajo las facciones de su rostro enfadado.

Después de unos segundos abrió los ojos a la vida, miro de un lado a otro observando las sonrisas dibujadas en las caras de la gente divertida, risas y juegos completaban el ambiente que en el parque se sentía.

Se puso de pie y camino un par de pasos respirando muy profundo el endulsante aroma de las flores, oculto sus manos en los bolsillos de su chaqueta, así avanzo para marcharse a paso lento y sin demora.
Cuando llego al jardín sereno sin personas a primera vista en la zona, su espalda recargo en el tronco de un árbol ocultando su presencia en la sombra que ese mismo le brindaba, cerro los ojos muy calmado pero abrió uno por un ruido extraño.

-Pensé que estaba solo-

En su mente lo decía con asombro, despego la espalda levemente de aquel tronco y giro un poco a la derecha su cabeza, observaba de reojo lo que a su alrededor pasaba.